La palabra 'no' no existe en el diccionario de un conserje. Esa es sólo una de las exigentes normas que Akino debe cumplir en su nuevo trabajo como dependienta en los elegantes y amplios almacenes Hokkyoku. Es una tienda muy especial: los clientes son todos animales, y los más apreciados son de especies extinguidas. Visones marinos, búhos que ríen, lobos japoneses, incluso un enorme mamut: es el Sr. Woolly, el célebre escultor cuyas obras se exponen en la tienda. Sin embargo, no deja de ser una tienda de lujo, y la ansiosa Akino se las ve y se las desea para satisfacer las exigentes peticiones de los clientes. Estas van desde productos difíciles de encontrar hasta asuntos más complicados del corazón. ¿Podrá la inexperta Akino satisfacer sus caprichos y cumplir sus expectativas? Si quiere conservar su trabajo, tendrá que tener éxito mientras está bajo la constante observación del quisquilloso jefe de planta, el Sr. Todo, un espeluznante asesor deseoso de reducir la plantilla y el enigmático presidente de la tienda (¡que no es un pingüino, por cierto!).